En el 20º aniversario de la inuaguración del teatro Andamio 90

OFENSA (Esta historia suya) de John Hopkins - Versión: Fernando Masllorens y Federico González del Pino - Dirección: Marcelo Velázquez - Con: Marcelo Bucossi, Mercedes Fraile, Daniel Goglino, Alfredo Martín - Funciones: Sábados 20.30 - Teatro Andamio 90 - Paraná 660 - Reservas: 4373-5670

martes, 7 de diciembre de 2010

Crítica de La Nación


El horror visto como moneda corriente

Destacada recreación de un texto de 1968
Nuestra calificación: Muy Buena

     Un policía obsesionado con un caso de pedofilia en el que trabaja hace tiempo. Su mundo interior está totalmente convulsionado. Está seguro de que un tal Baxter está involucrado. Este parece un ser normal, su mundo personal y familiar así lo indican. Pero el policía insiste: tiene 20 años de experiencia en su trabajo y conoce a los delincuentes. Pero lo que no reconoce son las consecuencias de esa alteración interna que le produce estar en el medio de esta situación.
    El eje de este drama de John Hopkins (creado en 1968) está puesto precisamente ahí. En esa violencia que va asomando y que el policía no puede controlar. Una violencia que expresa frente a su propia mujer, una violencia que se repite en las actitudes de un superior frente a él, la misma violencia con la que trata al detenido con la intención de arrancarle la verdad.
    Ofensa es una pieza de gran intensidad dramática que en tres cuadros sintetiza de manera magnífica todo un mundo en el que la perversión, el dolor, el miedo, la angustia, se imponen de manera casi natural en la conducta de unos seres vencidos. Y eso no da respiro a un espectador atento que intenta seguir un argumento que quizá poco podría movilizarlo si no fuera porque los intérpretes logran ese estado de alteración que la historia necesita para potenciarse y exponerse de forma certera.
    En este sentido, el director Marcelo Velázquez consigue construir una puesta por demás atractiva. Con los muy valorables aportes de Ariel Vaccaro (escenografía) y Alejandro Le Roux (iluminación) Velázquez crea un espacio sombrío por el que deambulan de manera notable unas criaturas para las que el horror resulta moneda corriente. Parecen haber crecido en él y no pueden alejarlo de sus cuerpos. Son impiadosos con ellos y con los demás.
    El estado de violencia al que llegan en muchas de las situaciones es verdaderamente conmovedor. Con roles muy bien definidos, cada uno de los intérpretes logra momentos sumamente destacados. Alimentan con una fuerte cuota de verdad esa historia oscura, que provoca a reflexionar sobre muchas instancias de nuestra vida actual.

Carlos Pacheco

lunes, 6 de diciembre de 2010

Revista Veintitrés


La razón de las bestias
Por Luis Mazas
Calificación: Muy Buena

"Creo que hoy maté a un tipo", confiesa el detective Johnson a su esposa; un policía excedido en su interrogatorio a un sospechoso de pedofilia. Ofensa juega un teatro moralizador y urgente que expone la violencia que nos rodea y alcanza. A la vez que plantea un problema de vínculos humanos insatisfactorios. Es la primera pieza del inglés John Hopkins, escrita hace ya cuarenta y dos años. El hábil y punzante texto de Hopkins (1931-1998) extrae su mejor agudeza en la adaptación de F&F y en la puesta de Marcelo Velázquez, aunados a su registro de brutal realismo, desplegado con estupendo sentido del ritmo expositivo.

La estrategia de Hopkins se refleja en el modo en que la dramaturgia de escena instala la sospecha de que cada personaje tiene su oscura patología. Y nos presenta el modo en que cada individuo acomoda las cartas a su favor, individualistas, sumidos en una soledad infranqueble que aísla a todos de todos y los incapacita para el diálogo. El título original Esta es su historia debió sufrir su alteración local por Ofensa influido por la traslación fílmica de Sidney Lumet (The Offence). "Esta es su historia" es una expresión varias veces mencionada en los diálogos, donde resemantiza su sentido, desde la alusión a una táctica de ocultamiento, a una confesión extraída bajo amenaza extrema.

Velázquez asume que la inteligencia del texto se instala por sí misma por la organicidad y el compromiso físico de los cuatro excelentes actores y la búsqueda de sus móviles y vínculos. Ofensa tiene un protagonista central y omnipresente que agoniza su punto de vista puesto e impuesto; Marcelo Bucossi, a cargo del oficial eje de la historia, ofrece una inmejorable labor, muy en tipo, y atenta a los cambios de estado con que debe situarse en la discontinuidad de las tres escenas. La mejor situación de la pieza y de la versión es el admirable doble juego del gato y el ratón entre el detective Johnson (a su cargo) y el astuto, ambiguo abusador Kenneth Baxter en el que Daniel Goglino ofrece una estupenda labor de composición.

Crítica Teatral


OFENSA: El lado negro del alma

Por Gabriel Peralta

    Hay en la obra de John Hopkins, una espesa negrura que nunca tiende a disiparse. Más se entromete el espectador en la trama y en el alma de los personajes, y más es el desaliento hacia la condición humana.
    Esta coloratura es respetada a rajatabla, tanto en la versión de Masllorens y González del Pino, como en la dirección de Marcelo Velázquez, ya que la misma no presenta ningún atisbo de esperanza y, por supuesto, deja de lado algún “respiro” para alivianar el dolor.
    Hopkins presenta un muestrario de personajes desangelados, se podría decir que rozando la vulgaridad -en cuanto a su espiritualidad- y los ubica dentro de una trama, en donde la incertidumbre no hace más que desnudarlos y exhibirlos hasta sus últimos recovecos. De esta manera, todos los desaliños del alma toman cuerpo en estos seres. El autor se aparta de toda mirada piadosa provocando esa fuerte sensación de “no salida”.
    El director Marcelo Velázquez ciño toda la fuerza del hecho escénico en las actuaciones. Acompañado magníficamente en la idea por el diseño de escenografía de Ariel Vaccaro (que aúna síntesis y contundencia espacial), Velázquez logró que cada uno de los actores, no solo lograra una fuerte intensidad en sus trabajos, sino que también instaló en ellos la idea de lo sinuoso, impidiendo de esta manera que caigan en construcciones de personajes maniqueos.
    Dentro de estos intensos trabajos, Marcelo Bucossi no da resuello en ese camino hacia al abismo.
    El diseño de luces de Alejandro Le Roux se imbrica con los claroscuros de la pieza. Y es ajustado, en cuanto al perfil de los personajes, el diseño de vestuario de Carla Desiderio.
   Ofensa es una obra que nos muestra el lado negro del alma. 

http://www.criticateatral.com.ar/index.php?ver=ver_critica.php&ids=1&idn=2672