En el 20º aniversario de la inuaguración del teatro Andamio 90

OFENSA (Esta historia suya) de John Hopkins - Versión: Fernando Masllorens y Federico González del Pino - Dirección: Marcelo Velázquez - Con: Marcelo Bucossi, Mercedes Fraile, Daniel Goglino, Alfredo Martín - Funciones: Sábados 20.30 - Teatro Andamio 90 - Paraná 660 - Reservas: 4373-5670

martes, 7 de diciembre de 2010

Crítica de La Nación


El horror visto como moneda corriente

Destacada recreación de un texto de 1968
Nuestra calificación: Muy Buena

     Un policía obsesionado con un caso de pedofilia en el que trabaja hace tiempo. Su mundo interior está totalmente convulsionado. Está seguro de que un tal Baxter está involucrado. Este parece un ser normal, su mundo personal y familiar así lo indican. Pero el policía insiste: tiene 20 años de experiencia en su trabajo y conoce a los delincuentes. Pero lo que no reconoce son las consecuencias de esa alteración interna que le produce estar en el medio de esta situación.
    El eje de este drama de John Hopkins (creado en 1968) está puesto precisamente ahí. En esa violencia que va asomando y que el policía no puede controlar. Una violencia que expresa frente a su propia mujer, una violencia que se repite en las actitudes de un superior frente a él, la misma violencia con la que trata al detenido con la intención de arrancarle la verdad.
    Ofensa es una pieza de gran intensidad dramática que en tres cuadros sintetiza de manera magnífica todo un mundo en el que la perversión, el dolor, el miedo, la angustia, se imponen de manera casi natural en la conducta de unos seres vencidos. Y eso no da respiro a un espectador atento que intenta seguir un argumento que quizá poco podría movilizarlo si no fuera porque los intérpretes logran ese estado de alteración que la historia necesita para potenciarse y exponerse de forma certera.
    En este sentido, el director Marcelo Velázquez consigue construir una puesta por demás atractiva. Con los muy valorables aportes de Ariel Vaccaro (escenografía) y Alejandro Le Roux (iluminación) Velázquez crea un espacio sombrío por el que deambulan de manera notable unas criaturas para las que el horror resulta moneda corriente. Parecen haber crecido en él y no pueden alejarlo de sus cuerpos. Son impiadosos con ellos y con los demás.
    El estado de violencia al que llegan en muchas de las situaciones es verdaderamente conmovedor. Con roles muy bien definidos, cada uno de los intérpretes logra momentos sumamente destacados. Alimentan con una fuerte cuota de verdad esa historia oscura, que provoca a reflexionar sobre muchas instancias de nuestra vida actual.

Carlos Pacheco

lunes, 6 de diciembre de 2010

Revista Veintitrés


La razón de las bestias
Por Luis Mazas
Calificación: Muy Buena

"Creo que hoy maté a un tipo", confiesa el detective Johnson a su esposa; un policía excedido en su interrogatorio a un sospechoso de pedofilia. Ofensa juega un teatro moralizador y urgente que expone la violencia que nos rodea y alcanza. A la vez que plantea un problema de vínculos humanos insatisfactorios. Es la primera pieza del inglés John Hopkins, escrita hace ya cuarenta y dos años. El hábil y punzante texto de Hopkins (1931-1998) extrae su mejor agudeza en la adaptación de F&F y en la puesta de Marcelo Velázquez, aunados a su registro de brutal realismo, desplegado con estupendo sentido del ritmo expositivo.

La estrategia de Hopkins se refleja en el modo en que la dramaturgia de escena instala la sospecha de que cada personaje tiene su oscura patología. Y nos presenta el modo en que cada individuo acomoda las cartas a su favor, individualistas, sumidos en una soledad infranqueble que aísla a todos de todos y los incapacita para el diálogo. El título original Esta es su historia debió sufrir su alteración local por Ofensa influido por la traslación fílmica de Sidney Lumet (The Offence). "Esta es su historia" es una expresión varias veces mencionada en los diálogos, donde resemantiza su sentido, desde la alusión a una táctica de ocultamiento, a una confesión extraída bajo amenaza extrema.

Velázquez asume que la inteligencia del texto se instala por sí misma por la organicidad y el compromiso físico de los cuatro excelentes actores y la búsqueda de sus móviles y vínculos. Ofensa tiene un protagonista central y omnipresente que agoniza su punto de vista puesto e impuesto; Marcelo Bucossi, a cargo del oficial eje de la historia, ofrece una inmejorable labor, muy en tipo, y atenta a los cambios de estado con que debe situarse en la discontinuidad de las tres escenas. La mejor situación de la pieza y de la versión es el admirable doble juego del gato y el ratón entre el detective Johnson (a su cargo) y el astuto, ambiguo abusador Kenneth Baxter en el que Daniel Goglino ofrece una estupenda labor de composición.

Crítica Teatral


OFENSA: El lado negro del alma

Por Gabriel Peralta

    Hay en la obra de John Hopkins, una espesa negrura que nunca tiende a disiparse. Más se entromete el espectador en la trama y en el alma de los personajes, y más es el desaliento hacia la condición humana.
    Esta coloratura es respetada a rajatabla, tanto en la versión de Masllorens y González del Pino, como en la dirección de Marcelo Velázquez, ya que la misma no presenta ningún atisbo de esperanza y, por supuesto, deja de lado algún “respiro” para alivianar el dolor.
    Hopkins presenta un muestrario de personajes desangelados, se podría decir que rozando la vulgaridad -en cuanto a su espiritualidad- y los ubica dentro de una trama, en donde la incertidumbre no hace más que desnudarlos y exhibirlos hasta sus últimos recovecos. De esta manera, todos los desaliños del alma toman cuerpo en estos seres. El autor se aparta de toda mirada piadosa provocando esa fuerte sensación de “no salida”.
    El director Marcelo Velázquez ciño toda la fuerza del hecho escénico en las actuaciones. Acompañado magníficamente en la idea por el diseño de escenografía de Ariel Vaccaro (que aúna síntesis y contundencia espacial), Velázquez logró que cada uno de los actores, no solo lograra una fuerte intensidad en sus trabajos, sino que también instaló en ellos la idea de lo sinuoso, impidiendo de esta manera que caigan en construcciones de personajes maniqueos.
    Dentro de estos intensos trabajos, Marcelo Bucossi no da resuello en ese camino hacia al abismo.
    El diseño de luces de Alejandro Le Roux se imbrica con los claroscuros de la pieza. Y es ajustado, en cuanto al perfil de los personajes, el diseño de vestuario de Carla Desiderio.
   Ofensa es una obra que nos muestra el lado negro del alma. 

http://www.criticateatral.com.ar/index.php?ver=ver_critica.php&ids=1&idn=2672

lunes, 15 de noviembre de 2010

Entrevista Página 12

Sábado, 13 de noviembre de 2010

Marcelo Velázquez habla de su puesta de Ofensa (Esta historia suya) de John Hopkins

Actuar la violencia del presente

En su versión de la obra del inglés John Hopkins, que se ofrece en Andamio 90, el centro está puesto en “lo que un pedófilo despierta en los otros”. “El estallido que se produce en la obra es metáfora de la violencia que el personaje acumuló durante años”, dice el director.

Por Hilda Cabrera

Para leer la entrevista completa ir a:
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/10-19910-2010-11-13.html

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Crítica de Moira Soto

en Pan y Teatro

Una obra audaz, perturbadora, revulsiva, potenciada por la comprometida puesta de Marcelo Velázquez, un director que supo leer el escabroso material que tenía en sus manos. La angustia de un policía frente a un posible pedófilo pone en cuestión la difusa frontera entre el Bien y el Mal, apartándose de toda forma de maniqueísmo, el dramaturgo John Hopkins prefiere confrontar al público con la incómoda ambigüedad, con la ambivalencia de ciertas conductas humanas universales.
Después de 20 años de oficio, el detective Johnson ya no soporta más, corroído interiormente, agobiado por el horror. Baxter es detenido bajo sospecha y Johnson se aferra a la idea de que él es el violador y asesino de niños. En la primera escena –lo de primera es relativo, porque el relato altera la cronología de los hechos- tenemos el punto de vista de Johnson cuando le cuenta a regañadientes a su mujer, con la que mantiene una relación que se ha deteriorado y a la que trata con violencia, que quizás ha matado a un hombre. En la segunda escena, Johnson se enfrenta a un cínico y calculador jefe de policía, que lo tiene calado y se empiezan a revelar otras facetas inquietantes del detective. La tercera escena propone un salto temporal hacia atrás, el momento desencadenante, cuando Jonson interroga a Baxter, personaje que se escurre como jabón entre las manos, inasible, negando toda culpa y exasperando al policía que trata de arrancarle la confesión a los golpes, una situación brutal que el director ha conducido con pulso muy firme y un crescendo emocional casi intolerable.
La obra no permite la pasividad del espectador, lo conmueve, lo intranquiliza con sus cuestionamientos: ¿Hasta dónde el policía que parece indignado, rechazando esos crímenes aberrantes, está reflejando sus propios fantasmas, sus obsesiones en el manejo del caso Baxter? ¿Hasta qué punto es capaz de convertirse en torturador, en victimario, casi en un asesino? ¿Cuán fuertes son sus deseos de suprimir, de exterminar a su chivo expiatorio?..
Lejos de todo reduccionismo, la obra se va perfilando como una suerte de thriller físico y psicológico, donde se alternan los roles de víctima y victimario y explotan las pulsiones sofocadas. John Hopkins se va a adentrando en recónditas y oscurísimas zonas del alma humana. Actuaciones magistrales de Daniel Goglino, Alfredo Martín y Marcelo Bucossi en torno a una gran mesa zigzagueante plantada en la escena como funcional soporte escenográfico.
http://www.panyteatro.com/

martes, 2 de noviembre de 2010

Crítica Jaque Mate Press

"Ofensa" del dramaturgo inglés John Hopkins en el marco del 20° aniversario del Espacio Teatral Andamio 90 de Buenos Aires

Por Alfred Hopkins

El Espacio Teatral Andamio 90 acertó de modo sobresaliente cuando, en el marco del 20° aniversario de su inauguración, puso en el escenario de la sala una adaptación de “Ofensa” del dramaturgo inglés John Hopkins. El espectáculo indaga sobre la violencia humana desde miradas variadas y logra llevar el tema a la altura de la introspección gracias a un gran elenco y a la acertada dirección de Marcelo Velázquez.
La directora y maestra Alejandra Boero, destacada figura del teatro independiente en Argentina, estrenó “Ofensa” hace 15 años. El espectáculo estrenado el pasado 16 de octubre cuenta con parte del elenco original y la dirección de un alumno y discípulo de Boero.
El policía detective Johnson tiene veinte años de servicio en la fuerza. Su cabeza retumba con la memoria de hechos terribles y ahora está frente a lo que sería su último caso: Kenneth Baxter, un agente inmobiliario con esposa e hijos, sospechado de varios casos de pedofilia. Johnson muestra su interior violenta en el interrogatorio policial, pero además esa violencia indecorosa estalla en el trata de su propia esposa.
(Es aquí donde uno puede notar la aguda observación de Franz Fanon sobre cómo la violencia aplicada a presos políticos puede reaparecer en el trato íntimo del torturador a su propia esposa y familia.)
Presionado y cuestionado a su vez por su propio jefe, Johnson se vuelve cada vez más desesperado en su intento de lograr la confesión de Baxter y termina golpeándolo con tanta fuerza que el sospechoso tiene que ser enviado al hospital en estado grave.
La puesta de Marcelo Velázquez agregó sintetizar la propuesta de Hopkins mediante un larga mesa en forma de “L,” que logra economizar el paso de una escena a otra.
El planteo es muy actual. ¿Sirve la tortura para lograr una confesión? ¿Es posible justificarla, como hizo el ex presidente George Bush de los Estados Unidos? ¿El fin justifica los medios? ¿Se soluciona la violencia en la sociedad con mano dura?

Crítica Foro de Baires

"Foro de Baires" cubrió ayer Sábado 30 de Octubre la obra "Ofensa" de John Hopkins con dirección de Marcelo Velázquez. Excelente y muy recomendable para todos aquellos que gusten del buen teatro. Verdaderamente, los textos se basan en una realidad fuerte y comprometida. El elenco está integrado por Marcelo Bucossi, Mercedes Fraile, Alfredo Martín y Daniel Goglino, quienes realizan papeles realmente impecables y conmovedores.
Ana Leguìzamo Rameau
http://www.forodebaires.com.ar/

miércoles, 27 de octubre de 2010

Crítica FM 91.3 - Mariano Vouillat

Una obra dedicada a desentramar las redes del poder policial y marital, donde la jerarquía vale más que la verdad, donde la relevancia la da un rango o un género.
John Hopkins, el dramaturgo diseña un degradé de situaciones donde la violencia opera desde distintos ámbitos, el hogareño, el trabajo y un interrogatorio. Un policial con tintes psicológicos, exponiendo lo peor de la miseria humana, la falta de seguridad personal desembocando por momentos en un autoritarismo sin límites e injustificado.
Una historia donde lo que no se dice, pesa mucho más que la palabra.
Con actuaciones muy buenas de todo el elenco, llevando el dramatismo a puntos muy profundos donde el espectador debe tomar partido, no puede no posicionarse, no puede mantenerse al margen, no puede esconder la cabeza. Se lucen Daniel Goglino y Alfredo Martín, quienes aumentan las escenas con mucha intensidad con el protagonista, Marcelo Bucossi, quien encarna la difícil tarea de interpretar a un hombre problemático, sumido en el alcohol y la violencia.
Una versión dirigida por el maestro Marcelo Velázquez, con una inteligencia y sensibilidad digna de una reconstrucción de una obra de teatro en homenaje a una grande del teatro nacional, la única Alejandra Boero.
Una iluminada reflexión espontánea, para escapar a la vulgar repetición cotidiana de los noticieros sobre dicha problemática.

domingo, 24 de octubre de 2010

Crítica Puesta en Escena

Con motivo del 20° Aniversario de Andamio 90, se estrenó Ofensa con dirección de Marcelo Velázquez y un elenco de excepción. Antes había sido dirigida por la Maestra Alejandra Boero.

Por Teresa Gatto

"Primero hay que vaciar la botella, dijo, luego el alma"

R. Bolaño

Enmarcada en los festejos del 20° aniversario de Andamio 90’, se estrenó Ofensa (Esta historia suya) que fue dirigida por Alejandra Boero hace 15 años. A propósito de esa Señora de Teatro, Marcelo Velázquez, actual director de Ofensa nos decía hace unos días que Andamio 90 entraña el espíritu de la actriz, directora y maestra Alejandra Boero, pionera y luchadora del teatro independiente. Ella impulsó de un modo enérgico, junto a otros teatristas, la actual Ley Nacional del Teatro, que sirve de amparo para todos, a partir de la creación del M.A.T.E. (Movimiento de Apoyo al Teatro). El teatro se inauguró con una puesta de Final de partida de Samuel Beckett protagonizada y dirigida por Alfredo Alcón. Boero ya perseguía el sueño de formar un elenco estable de jóvenes actores para producir en su teatro obras de los más importantes autores del teatro universal. Así surgió el Proyecto Intergeneracional de Teatro “Los que vienen” que le dio a Marcelo Velázquez y a los compañeros de su generación, todos formados por Boero, la posibilidad de transitar la escena sin interrupción y al público de conocer su maravilloso trabajo. Este era el objetivo de la maestra. Estrenaban un espectáculo y, mientras tanto ensayaban el siguiente. Así, hasta el año 1998. Fueron años de mucho trabajo y mucho aprendizaje.
Hoy Ofensa se ha estrenado y desde donde esté Alejandra Boero sentirá orgullo por su alumno, hoy consagrado director y creador incansable.

Esta es una historia de violencia, una violencia casi muda, imperceptible para muchos. No es el suelto del diario en las secciones policiales, ni el flash informativo que suspende la película para informar un infortunio provocado por una acción violenta. Ofensa, es algo más. Es el diálogo cotidiano que sube de tono para sacar de dentro del ser esa masa oscura y contenida que como un veneno impregna los vínculos para paralizarlos y dejarlos en agonía. Es, además, una plática con otro cuando en realidad podría ser un soliloquio.

“Creo que hoy maté a un tipo” oficia como disparador de lo que Johnson a cargo de Marcelo Bucossi, quien jamás sale de escena, en un trabajo titánico, tratará de explicarle a su mujer Maureen, en la piel de Mercedes Fraile, que valida aquí su enorme talento. ¿Pero de qué hablan? ¿De la violencia de ese día o de la que los asola como pareja en decadencia desde hace tiempo? Los diálogos que intentan reponer lo que el sargento que nunca asciende, Johnson, hace fuera de su casa y de lo que ocurre dentro de ella, en el seno mismo del vínculo también hablan y representan la otra violencia que como un trasto más se apoderó de su hogar. En esta primera secuencia, se presentan hechos y personajes pero el discurso de la violencia, re dirigido volverá a implicarlo cuando deba contarle a su superior, el Comisario Inspector Cartwright, en una magnífico trabajo de Alfredo Martín, los mismos sucesos y allí volverá a narrarse lo ya acontecido y así la segunda secuencia retomará el discurso de la intimidación, esta vez, dirigida desde el superior al sargento, redireccionando “lo violento” hacia un sujeto que ya aparece como un perdedor y sufre la violencia del otro. En la tercera secuencia, Johnson, se las verá cara a cara con Baxter, a quien da vida un eficaz Daniel Goglino, que será el sujeto/objeto de la violencia que cuesta mucho devolver ya que la situación de poder del interrogado versus el sargento, imponen al menos una cuota de miedo que ya había circulado de modo sutil en las escenas anteriores. De esta manera, la ofensa, regresa una y otra vez en una suerte de puesta en abismo que se vuelve redundante en beneficio de la obra, esa violencia que por no ser titular no es menos asesina ni dañina que la otra, “esta historia suya”.

El espacio escénico minimalista al máximo, sólo usa una mesa larga y en forma de zeta alargada que permite jugar cada una de las acciones como si el cambio de espacio aconteciera, pero siempre a través de un mismo significante.
El diseño luminotécnico coopera con lo representado y respeta ese arduo trabajo en que las actuaciones son centrales y dependen en grado sumo de un texto complejo por el guión y porque todo se juega en el ser de esos personajes sin más ayuda que su oficio enorme.
El desorden del tiempo del relato y del tiempo de los sucesos, lejos de llevar a confusión, ofician de imanes para que el espectador se mantenga en vilo con una mezcla de azoramiento y angustia y sin la mínima posibilidad de previsibilidad del remate.

No sólo el texto de John Hopkins trabaja uniendo retazos, trozos y des-trozos de una existencia en la que la violencia y la ofensa que conlleva se arman a la perfección hacia el final, sino que su director Marcelo Velázquez logra una puesta sólida que no sólo significa un desafío enorme por su antecedente, sino que permite el cuidado lucimiento sin estridencias ni sobreactuaciones de un elenco que acapara aplausos a pesar de la densidad angustiante de su representación.

La Maestra, Alejandra Boero, disfruta donde sea que esté, de haber dejado tantas semillas que germinaron en maravillosos trabajos o en frutos exquisitos para el teatro de hoy, de mañana y en el que Andamio 90 sigue escribiendo su Historia mayúscula.

jueves, 21 de octubre de 2010

Crítica Poiesis Teatral

IMPRESIONES: "OFENSA (Esta historia suya)" de John Hopkins & Marcelo Velázquez
Por Christian Lange

"Creo que hoy maté a un tipo" es una de las primeras frases de Ofensa (Esta historia suya), primera obra teatral de John Hopkins, escrita en 1968. Se trata de un texto teatral estructurado en tres escenas (primera escena: Johnson con su mujer, Maureen; segunda escena: Johnson con un superior, el Comisario Inspector Cartwright; tercera escena: Johnson con un detenido, Baxter), tres dúos con un elemento común: Johnson. Presente todo el tiempo en la tres escenas, expuesto en todos sus perfiles y matices, él, Johnson, es -todo parece indicarlo así- el protagonista de esta historia. Pero, ¿será realmente así? Protagonista de la historia. ¿De cuál historia?

El título original de la obra, aquí devenido subtítulo es This story of yours. Pero, ¿a quién refiere el "suya" del (sub)título en cuestión? La frase aparece dos veces en el texto de la obra. En un caso, Cartwright se la dice a Jonhson y, en otro, es Johnson quien la dirige a Baxter. ¿Cuál es el sentido de esa frase en ambos casos? Lo que hay en común, lo que parece haber en común, es que quien escucha esa "historia suya", no cree en ella. Quien escucha quiere escuchar otra cosa, quiere escuchar la verdad, o "algo que se parezca a la verdad". [Algo que es absolutamente aplicable a la primera escena, de Johnson con su mujer, aún sin la aparición de la mencionada frase en forma explícita].

El espectador también quiere saber, claro. Y allí se asienta, hace pie, la absoluta eficacia de esta dramaturgia. Queremos saber qué pasó realmente. El montaje de la escritura tiene la habilidad de poner como tercera escena aquello, eso que queremos saber, eso de lo cual se ha hablado desde el inicio. La tercera escena, cronológicamente anterior a las otras dos, es colocada al final para permitirle al espectador sentir que finalmente sabrá, por sí mismo, sin relato de nadie como mediador, qué pasó en el cuarto de interrogatorios entre Johnson y Baxter, cuál es la verdad. Y ese querer saber, ese deseo del propio espectador, será puesto en cuestión, interpelado.

En las primeras dos escenas escuchamos a Johnson, Maureen y Cartwright "hablar" de aquello que luego veremos en la tercera escena con nuestros propios ojos. Pero no hay que confundirse. No se trata de que Ofensa sea una obra de las despectivamente conocidas como "de sillas y mesas". No es una obra en la que dos se sientan a jugar al "vení que te cuento". Lo que Hopkins tuvo la habilidad de construir es un relato doble (al menos), un relato de capas y planos diversos.
Por un lado hay, sí, narración: alguien, Johnson, debe contar una y otra vez (frente a su mujer, frente a la autoridad del superior) aquello que ocurrió en la habitación con el detenido Baxter; pero aquí hay una tensión dramática presente (construida triplemente desde el texto, la puesta y la actuación) que hace que el espectador no pueda sacar los ojos de encima de aquello que está viendo. No es acción referida (que la hay, claro, pero no solamente) sino acción presente que sucede frente a nuestros ojos. Y esa acción presente es verbal, física, energética. Vemos las energías desplegarse y pelear en cada escena. En la tercera, aquella que dramatiza en tiempo presente el interrogatorio, el autor logra también (!) replicar la estructura. Una tremenda acción sucede mientras otra es referida. Emerge así una matriz, una estructura, en la cual las tres escenas tienen acción presente y acción referida por la vía del relato. Y esa estructura no es "simplemente" formal sino que está imbricada en el contenido, en el sentido, en los temas y motivos, pero los excede por completo. Un juego de cajas, de intersección de planos, de ruptura de la cronología: un juego con el tiempo y el espacio. [Y dentro de ese juego y por ese juego el sentido se construye y se desarma. El teatro se hace presente].

Cada escena está cuidadosamente armada en la dramaturgia que carga la acción en tiempo presente frente a nuestros ojos. Se trata de tres combates. Se trata de desplegar toda la acción física, verbal, simbólica que se pueda. [Se trata, por lo tanto, de un enorme desafío para la actuación que debe trabajar sobre ambos ejes en un mismo movimiento: desafío resuelto magistralmente por el ensamble de los cuatro actores y su director].Y aquí, el combate, esta figura que emerge, esta matriz, es entre los cuatro personajes multiplicados por las dos fuerzas en tensión: hablar y escuchar. El sentido común aplicaría rápidamente la categoría digamos dominante o activa al hablar y la categoría dominada o pasiva al escuchar.

Aquí Hopkins y Marcelo Velázquez (y los actores) supieron encontrar, en sus múltiples y diversos lenguajes la manera de convertir la pulsión por escuchar en fuerza dominante frente a alguien que no quiere contar. El que escucha quiere escuchar, quiere escuchar más, quiere escuchar otra cosa. No quiere relato de superficie, quiere aquello. Y el otro no quiere contar, pero necesita contar aunque no quiera. La fuerza de la escucha se impondrá forzando el relato. Y esa pelea que sucede tres veces, en tres escenas distintas, no será pelea de sujetos sino de funciones, de roles. Johnson será forzado y forzará. Habrá una victoria, la pulsión de escucha vencerá. Y esa victoria, ese vencer, será con violencia. Acaso como contracara de aquel ingenuo, dulce y primitivo "¿me contás un cuento?" ya perteneciente a una infancia mitológica, veremos aquí que los cuentos no se narran, sino que el que escucha, el que ve, el espectador es la fuerza violenta que extirpa un relato que se le dirige y del cual es -en algún sentido- origen y autor.

La puesta en escena y dirección general de Marcelo Velázquez tuvo la habilidad de tensar todos los elementos y encontrar los ritmos para que las altas dosis de violencia que se despliegan en la obra puedan "digerirse" sin abrumar por demás. El diseño de espacio, luz y sonido colaboran y aportan significativamente. El elenco es sin duda la pieza central del hecho teatral vivo que es cada función. Los cuatro actores (Marcelo Bucossi, Mercedes Fraile, Alfredo Martín y Daniel Goglino) hacen trabajos notables siendo sus aportes fundamentales al resultado final. Es imposible no mencionar especialmente el trabajo de Bucossi con Johnson no sólo por el desafío de cargar con la permanencia en escena de inicio a fin, sino por la dificultad extra de actuar en la tercera escena algo que en el relato sucedió antes (y lo que eso implica para el actor en cuanto a los procesos de carga y descarga de estados interiores y de su expresión y contención), y -sobre todo- por el resultado notable de ambos desafíos.

Todo lo dicho hace de Ofensa, escrita por John Hopkins y dirigida por Marcelo Velázquez con un notable elenco, una experiencia teatral de alto vuelo para quien todavía esté interesado en un teatro que inquiete y perturbe.

http://www.poiesisteatral.blogspot.com/

viernes, 15 de octubre de 2010

Marcelo Velázquez. Pasión por el teatro

teatro » nota
Entrevistas
Conversamos con este magnífico creador que además de obtener numerosos logros, forma parte del festejo por los 20 años del Teatro Andamio 90 con un estreno que se las trae.

Por Teresa Gatto

Marcelo Velázquez, ampliamente reconocido entre sus pares y el público, tiene una amplia trayectoria en la cultura, no sólo teatral ya que también es egresado de la carrera de Letras de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA.
Sus estudios teatrales son de una variedad también impresionante...

Seguí leyendo en:
http://www.puestaenescena.com.ar/teatro/126_marcelo-velazquez-pasion-por-el-teatro.php

domingo, 26 de septiembre de 2010

ESTRENO SÁBADO 16 DE OCTUBRE DE 2010


ESTRENO SABADO 16 DE OCTUBRE A LAS 20.30 HS.
En el 20º aniversario de la inauguración del Teatro Andamio 90

Ofensa
(Esta historia suya)
de John Hopkins

Versión: Fernando Masllorens y Federico González del Pino

Dirección: Marcelo Velázquez
(“Acreedores” – 2 Nominaciones Premios ACE 2009/2010)

Funciones: sábados 20.30 Hs.
Teatro: Andamio 90 – Paraná 660
Localidades $40 (Desc. Estudiantes y Jubilados $20)
Reservas 4373-5670

Elenco:

Marcelo Bucossi, Mercedes Fraile, Alfredo Martín, Daniel Goglino

En el marco de los festejos por el 20º aniversario de la inauguración del Teatro Andamio 90 creado por la actriz, directora y maestra Alejandra Boero, pionera y bastión del teatro independiente, proponemos revisitar la obra Ofensa (Esta historia suya) del dramaturgo inglés John Hopkins. Pasados ya quince años del estreno en esa sala y dirigida por la misma Boero, se trata de una nueva lectura y de una novedosa puesta en escena, que cuenta además con parte del elenco original y con la dirección de un alumno y discípulo de la maestra de actores y directores. De esta manera, queremos sumarnos a los festejos por los 20 años de este espacio cultural de la ciudad y homenajear a su creadora y, en ella, al teatro independiente.
Ficha técnica:

Diseño de iluminación: Alejandro Le Roux
Diseño y realización de escenografía: Ariel Vaccaro
Diseño de vestuario: Carla Desiderio
Diseño sonoro: Diego Centurión
Fotografía: Magdalena Viggiani
Diseño gráfico: Verónica Duh
Recursos técnicos: Pehuén Stordeur
Asistente de escenografía: Julieta Potenze
Asistentes de vestuario: Paula LusarretaTamara Rodil
Asistente de escena: Abel Lisman
Prensa y difusión: Tehagolaprensa
Producción ejecutiva: Esteban Costa
Asistencia de dirección: Mabel Crescente
Producción general: Esteban CostaMarcelo Velázquez

Título original: “That story of yours”
Agente literario de John Hopkins: Shirley Knight Hopkins
Esta obra se presenta en la Argentina a través de:
The NANCY H. SMITH LITERARY AGENCY, Buenos Aires/Londres;
Agencia Literaria F & F: Fernando MASLLORENS & Federico GONZÁLEZ del PINO, Buenos Aires


Sinopsis
El policía detective Johnson, con veinte años de servicio en la fuerza, captura a su última presa: Kenneth Baxter, un agente inmobiliario con esposa e hijos, y sospechado de varios casos de pedofilia. En el interrogatorio policial, Johnson muestra su parte más violenta y cruel para obtener la confesión de Baxter o “algo que suene parecido a la verdad”, y lo golpea de tal manera que termina enviándolo muy grave al hospital. El policía deberá afrontar, en consecuencia, el cuestionamiento de sus pares y jefes de la policía, de su esposa, y de toda una sociedad -también violenta- que reclama por justicia.

El autor
John Hopkins
(1931-1998) dramaturgo y guionista inglés. Comienza su trabajo en la radio hasta que en la década de 1960 se consagra en la BBC de Londres adaptando innumerables novelas para la televisión, entre las que se destacan la serie Cars Z (BBC, 1962-78) y el cuarteto de obras Hablando con un extraño (BBC, 1966) con la actriz Judi Dench entre los personajes principales.
En 1968 se casa con la actriz norteamericana Shirley Knight, su última esposa, y pocos años después de su matrimonio la pareja se muda a Estados Unidos, asentándose en Los Ángeles. Hopkins continuó escribiendo principalmente guiones hasta su muerte en su casa de Hollywood en 1998.
Escribe Ofensa (Esta historia suya, en el original) también en 1968 y es su primera obra teatral. En 1972 fue llevada al cine bajo el título de The Offence, con guión del mismo Hopkins, dirigida por Sydney Lumet y protagonizada por el actor Sean Connery.